Sensibilizarse en Épocas Festivas

SENSIBILIZARSE EN ÉPOCAS FESTIVAS

Aprovechando una época para reflexionar sobre nuestras interacciones y conexiones con el mundo que nos rodea, iniciar conversaciones sensibles respecto a los usos de sustancias psicoactivas representa una labor de activismo importante. La norma social prevalente es aceptar la idea de castigar y excluir a quienes usan sustancias psicoactivas ilegales. Esto se refleja en las políticas y pinta un panorama desalentador para quienes trabajamos desde un ámbito de defensa por los derechos humanos. 

La mayoría de las acciones gubernamentales omiten atender la salud de quienes usan sustancias y se enfocan en realizar decomisos y detenciones, aún sabiendo que miles de personas utilizan o utilizarán estas sustancias que pueden ser de composición desconocida y sobre las cuales no suele ofrecerse información útil. Fuera de recomendarse el no consumo, a una parte cada vez más creciente de la población se le está dejando sin opciones. 

En todas las investigaciones que este año realizamos desde el Instituto RIA, encontramos que el aislamiento de quienes usan sustancias psicoactivas ilegales, sostenido por el odio y el miedo colectivo hacia el uso de sustancias ilegales que las políticas generan, es el factor en común que desarrolla los consumos problemáticos. La desconfianza y el miedo a sufrir represalias, maltratos o tortura como medidas para disuadir el consumo retrasa la búsqueda de ayuda en los servicios de salud necesarios y motiva el ocultamiento de los consumos de jóvenes a sus familias.

La estigmatización, patologización y criminalización del uso de sustancias psicoactivas, presentes en las conversaciones de todos los días y peligrosamente sostenidas dentro de las instancias de salud, conducen a que quienes usan sustancias se auto excluyan de los servicios. 

Las violaciones a los derechos humanos son parte de la normalidad operativa de las alternativas de atención. Más que por el consumo de sustancias psicoactivas, las personas están muriendo por la falta de dosis de humanidad. Nada nos hace desear más que el prohibicionismo termine. 

Quizás el uso de sustancias psicoactivas podría dejar de ser un problema público logrando una cultura de uso seguro, conociendo y estudiando las sustancias psicoactivas para comprender sus efectos reales en la salud y el comportamiento, permitiendo que cada persona tome decisiones informadas. Sin las consecuencias negativas sociales del consumo de sustancias ilegalizadas que marcan la vida de las personas que las usan. Sin la expulsión escolar, el abandono familiar, el desempleo, la pérdida de custodia de las hijas, hijos o hijes, o la privación de la libertad. Si el uso de estas sustancias no fuera comprendido como una disminución de derechos, sino como un ámbito de atención de la salud física y mental. 

Iniciar conversaciones a favor del respeto hacia los usos de sustancias psicoactivas no representará, en la mayoría de los casos, una tarea sencilla. Pero terminar con los ambientes de estigma, desinformación y ocultamiento logrará, a la larga, crear un contexto más favorable para acompañar los usos de sustancias. Muchas personas están acostumbradas a sobrellevar sus problemas de salud mental con ayuda de sustancias psicoactivas, tanto legales como ilegales, pero de manera riesgosa debido a la falta de información. Así que vale intentarlo, sobre todo si podrías beneficiar a alguien que consume sustancias en tu familia. 

Si eres una persona que usa sustancias psicoactivas en la Ciudad o Estado de México, debes conocer que los Centros Colibrí, las primeras unidades de atención integral al consumo de sustancias desarrolladas por una alcaldía; la Clínica Especializada Condesa, un centro médico especializado; y la organización civil INSPIRA son espacios ejemplares desde un ámbito de atención a los usos de sustancias. Te recomendamos ampliamente que acudas en caso de necesitarlo, pues es esperanzador que estos espacios existan y debemos hacerlos visibles, pidiendo que se repliquen. 

En el resto de la República, aunque los servicios públicos de salud se continúan actualizando para cumplir con la Reforma 131 realizada a la Ley General de Salud, que reconoció la autonomía de las personas usuarias de sustancias, es importante recalcar que los espacios seguros pueden crearse. De manera muy breve te recordamos que existen recursos informativos y de autocuidado dirigidos a personas que usan metanfetamina y fentanilo, dos sustancias de actual interés desde un ámbito de salud pública. Te proponemos acordar estrategias individuales y comunitarias de reducción de riesgos y daños con el apoyo de estos recursos. Quizás con el grupo de personas con quienes se comparte el uso de sustancias psicoactivas, empezando por informarse sobre cómo procurar usos más seguros y su seguridad colectiva. Sobre todo si usas sustancias ilegalizadas, politiza a tus amistades para formar su comunidad psicoactiva local.

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